El amor que no tuvimos. Las cosas que no nos dijimos. Hace un año ya casi de todo; casi hace un año ya de casi todo... No hay señales de stop en esta vida, a no ser que te las auto-impongas, concienzuda y tenazmente. Yo sabía que era de alguien y tu ni siquiera sabías que eras mía. Yo sabía que era el único pero tu ignorabas por completo que eras la única. Sólo la única. Yo sabía que quería cosas que no estaban cerca y tu sabías que yo las quería...y tu no querías, y tu lo sabías. Todo es por como andamos, es decir, no es culpa de nada ni de nadie ni de casualidades ni de alternativas ni de tedio ni de escapadas ni de niños ni de salidas... todo es por culpa de como andamos. Todo es por culpa de que todo acaba, sin más, y de que otras veces dura, y de que a veces caminamos tan alto en el cielo que hasta las nubes parecen estar bajo nosotros... cuando en realidad siempre estamos a ras de suelo; o incluso a dos metros bajo tierra. Sólo la única, y hace casi un año ya de casi todo.
Los retazos, los recortes, las cartas, los rincones, las botas olvidadas, las bragas, las listas de luz que entraban arañando la pared desde la calle hasta nuestras caras, muy juntos mirándonos, muy juntos casi el uno dentro del otro...la casa enorme que habla en eco... Qué gigantes montañas si se unen. Y yo sabía que todas esas cosas se unirían, y que formarían una gran mole becerral de miedo y frío, de soledad acompañada y horizonte inabarcable, y tu sabías que yo lo sabía, y que no las vencería, y tu sabías que debías animarme a vencerlas, pero ya no querías ayudarme a vencerlas... ni ayudarme a nada. Y se unieron, y fueron insalvables, y ya no ayudaste a nada. Porque todo es por culpa de como andamos, de que todo cambia, de que yo era tuyo sin tu saberlo y de que tu eras mía sin yo quererlo, y de que yo no quería ser nada... nada bueno o nada malo porque ya no merecía la pena intentar nada, y todo eso también tu lo sabías.
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