Una amiga mía que me quiere bien, MJ, dice que yo me parezco a Benoit Magimel, del cuál ni recordaba el nombre, ni alguna de las memorables pelis en las que participaba, hasta que ella me agasajó con ese parecido (menos que razonable) improbable. Como diría mi hermana, 'Ese tío está mu bien' y a mí no me une nada con él excepto algún antecesor francés que mi familia tiene muy a gala desconocer, y el amor-admiración por Michael Haneke.
La cosa es que, por lo menos en dos obras maestras tremendas de los últimos 20 años, el muy guapo de Benoit participó en su momento, haciéndolo también en otro buen número de interesantísimas pelis en las que deja su impronta. Este actor ha trabajado relativamente poco fuera del cine de su país, Francia, que de los de la Europa continental es, como casi siempre, el que mejor salud parece tener.
Como las consecuencias de las coincidencias nunca terminan a gusto de vagos escribientes, y mis amigos Josek y Sole andan 'alamedeando' por la ciudad de la luz, me he obligado a hilvanar siete sugerencias cinéfilas 'gabachas' para esta semana, en especial dedicadas para MJ, y los recién parisinos adoptados, y perfectamente adaptados, Sole y Josek (recién por las andadas porque de corazón lo son desde hace milenios).
1. 'La haine'. Mathieu Kassovitz rueda esta redonda película estrenada en 1995 y que narra la vida de tres jóvenes ('desheredados de la sociedad' pone en la Wikipedia) de los suburbios de París. Un judío, un árabe y un negro, que intentan salir adelante trapicheando porque 'la sociedad' tampoco les ofrece muchas más alternativas; a mediados de la década de los noventa se cierra esta película, poco tiempo después todos conocemos las revueltas de los suburbios que ocurrieron en París y en otras grandes urbes francesas. Será que el arte posee poderes mentales. En esta interviene el bueno de Benoit.
2. 'Marius et Jeannette'. Robert Guediguian me dejó sin palabras, y con el corazón seco, con esta obra de sencillez y grandezas inconmensurables. 1998 es el año. Un amor que se abre paso en medio de la 'working class' francesa, víctima ya de las consecuencias de la globalización de la precariedad y los trabajos basura. Una Marsella que es como es, embaucadora y mestiza, sureña y portuaria, sencilla y milenaria. Un discurso de 'izquierdas' que no es sólo de izquierdas, sino que es universal y humanista. Y una manera de grabar de vieja escuela francesa con galones. Grande Guediguian.
3. 'Rossetta'. Un año después, el 'realismo social' (no me gusta nada este estúpido y seco sintagma) de los hermanos Dardenne conseguía la Palma de Oro del Festival de Cannes. Se queda corta la descripción de la Wikipedia en esta ocasión, pero da suficientes pistas. Ya os deslumbrarán su cine y este 'pequeño' personaje-contenedor de un corazón y un coraje que no le caben en el pecho llamado Rossetta.
4. 'Ça commence aujourd'hui'. Hay tres, existen tres, sólo tres: Tavernier, Techiné y Chabrol. Por mí, el cielo puede esperar viendo pelis de los 3. No, ya en serio, este retrato de una pequeña escuela en una región económicamente deprimida es toda una oda a la importancia del trabajo de los profesores y a su enorme figura. El cine francés siempre trató bien a sus infancia y adolescencia, desde 'Los 400 golpes' (y aún antes) pero también lo ha hecho siempre de maravilla con respecto a determinadas 'profesiones republicanas'. Los profesores, como paso esencial para crear ciudadanos. Este es un día normal para ellos, sus alumnos, y las circunstancias vitales, emocionales y socioeconómicas de todos ellos; hoy es un día cualquiera, sí, pero también es el día en el que empieza todo. Ya veréis... En fin, Tavernier es un maestro del cine a paso de vida y de los guiones escritos con pulso de sangre. Y yo lo venero por ello.
5. 'Les Roseaux sauvages'. Y vamos allá con otro de los tres: André Techiné creó en 1994 toda una referencia, con 'Los juncos salvajes', para el resto de los humanoides cinefilizados. Esto es pura maestría al evocar el tránsito hacia la madurez de unos amigos adolescentes de provincias: descubrir la sexualidad, el compromiso, los conflictos sociales, las contradicciones propias y ajenas, y toda la excitante travesía que conlleva narradas a través de pura poesía filmada.
6. 'Les invasions barbares'. Con ella Denys Arcand continúa la secuela abierta por 'El declive del imperio americano' que culminaría con 'La edad de la ignorancia'. Producción franco-canadiense, año 2003, ganadora de un montón de cosas y cuyo mayor mérito es DESMONTARNOS. A nosotros y a todos los snobs. Para mí, junto a 'El declive...', por supuesto, me parecen de las más brillantemente ácidas películas sobre esa generación (de la que somos parte en parte según las dos primeras partes) que lleva 35 años básicamente disertando... además de, también ejemplo, de un guión cuasi teatral, profusos en texto, sin desbordar ni aburrir ni desvariar en ningún momento. Magistral.
7. 'La pianiste'. Puff. Cerramos el círculo. Benoit Magimel ganó, (Isabelle Hupert también), el premio a la mejor interpretación en el Festival de Cannes de 2001. Después de 'Funny Games' Michael Haneke tenía complicado reverdecer aquella gloria pero lo hizo con un film en muchos sentidos idéntico a 'Funny...' y en muchos sentidos opuesto por completo. También se hizo con el Gran Premio del Jurado. Es una adaptación que escribe el propio Haneke de la novela con el mismo nombre de Elfriede Jelinek, que fue premio Nobel poco después.
ALLÉ¡¡¡¡ Tous apprécier le cinema¡¡¡
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