viernes, 1 de junio de 2012

Los 6.000 de Andalucía. Lo que yo votaré.



Faltan menos de 24 horas. La cosa va de números. Hay cientos de miles de personas pendientes de la decisión de 6.000 militantes de IU; Andalucía. Nunca fuimos tan importantes (¿lo somos?): nos sonrojamos por esa atención. En serio, PSOENIANOS O PPERINOS, no nos maltratéis más con vuestras inquisitorias preguntas. Ni cristo, que era más rojo que todos nosotros, y no se confesó en su vida (¿o sí?), sabe lo que votaremos. Además, la historia está llena de números, es cierto, pero siempre escritos con posterioridad: ¿Alguien cree que San Luis tuvo 100.000 hijos? O sea, que 8,5 millones de personas que viven en Andalucía; 45 millones que viven en España; ¿están pendientes de nosotros? Uff, qué presión...

Conozco de sobra los reparos que muchos militantes de IU tienen al pacto de gobierno y, sobre todo, y mucho más importante, lo cargadas que están las preclaras plumas de la derecha contra ese pacto: nos tachan de estalinistas (improbables en muchos casos), dictatoriales, anti-sistema (ja, tanto como La Razón, antes de caer ZP), y hasta de mata huérfanos (ups, no, es que hay monjas que los roban), o culpables del Gulag soviético (también hay quién no quiere que se excaven fosas en España), etc., etc., etc. Ya lo he reído: Ja.


Como la cosa va de números les digo a los acérrimos del PSOE pasado: ¿por qué no pedisteis más y más y más explicaciones y responsabilidades por los 1.000 millones desviados (gran eufemismo) en el caso de los ERE? Y a los super-sociales nuevos PPeros: ¿por qué no conseguís 10.000 millones persiguiendo el fraude fiscal en lugar de promoverlo o recortarle la educación o sanidad a... pongamos que nuestros hijos?

Para seguir leyendo, una buena canción de uno de los grupos más llenos de números: 10,000 Maniacs, la canción 'Estos son días'... Que recordaremos, precisamente ;)


Y también por eso quiero dejar claras tres cosas: 1) Esto lo escribo por honestidad, es decir, porque es justo, consecuente, si te preguntan, y piden opinión, intentar dejar claras las opciones, argumentos, posiciones; 2) Estoy orgulloso de IU, (al menos tanto como en otras ocasiones me ha defraudado *), es decir, ¿qué partido hace un referéndum sobre si gobierna o no? IU; ¿qué cantidad de compañeros y compañeras, simpatizantes también, han opinando, intercambian impresiones en este momento, debaten y disfrutan de este proceso democrático y vinculante?; 3) No hablo en nombre de nadie: militante de base, esta opinión es absolutamente personal, no escribo como Coordinador de ninguna Asamblea de IU, ni como miembro de ninguna corriente o partido dentro de IU, tampoco ostento ninguna responsabilidad orgánica dentro de IU... lo expreso como simple militante.

(* Proceso de elección de candidatos en las últimas autonómicas o generales: ¿para qué nos preguntaron?)

No más, tampoco menos, que un simple militante; así que las críticas de amigos y enemigos, que ya las conozco e imagino todas, y de todas partes, desde dentro, y desde fuera, os la podéis ir ahorrando: las convicciones están por encima de las opiniones, y, dentro de esta reflexión, todo cabe: repito, opino como miembro de base de Izquierda Unida. 6.000 militantes, 12% del voto andaluz.  

La semana que llevamos soportando tanto en comentarios, más o menos públicos, como en correos  y otras formas de contacto, absolutamente privadas, es tremendamente triste, desde lo cuantitativo: ¡¡qué cantidad!!; hasta lo cualitativo: ¡¡qué barbaridades hemos escuchado!! y leído, visto... soportado: Hola, somos andaluces, somos españoles, somos de izquierdas sí, ¿y?. 

La laguna de la derecha recurre a la descalificación 'metiche'; rojos, argentinos, desertores, antipatriotas, andaluces... ¿será menos patriota una ley que proclama beneficios fiscales para mafias y dinero negro? PPrruchas No caigamos nosotros en algo tan simplón con el PSOE o, lo que sería peor, con nosotros mismos.

Las trincheras significan miedo; vivir dentro de ellas supone estar a la defensiva; una trinchera te obliga a verlas venir; te ayuda a resguardarte, es cierto, pero te imposibilita para actuar como quisieras, para avanzar… La trinchera sólo es válida para articular una estrategia de caracol, como aquella memorable película de Sergio Cabrera, sobre una pequeña pero gigante resistencia vecinal, humana. 

Yo en IU, el 80% de las veces, me he sentido en una trinchera: la de la Resistencia, del pensamiento crítico pero silenciado, del ostracismo político... Excepto en mi pueblo, donde rivalizamos en voto con el PP y estamos a poco de pillar al PSOE; o en Córdoba, en sus mejores tiempos (nuestros mejores tiempos). 

Pero en esta ocasión, el mandato, el mensaje que las urnas le da a IU tras las pasadas elecciones autonómicas... ¿es acerca de trincheras o de oportunidades?, ¿de enrocamientos o sobre responsabilidades?, ¿de abstracciones políticas o sobre la honestidad social que supone intentar hacerlas realidad?, ¿es acerca de caracoles, y de nosotros mismos, o acerca de las necesidades que tiene el pueblo andaluz, de la realidad que palpita triste, ahí fuera?

Pues bien, somos muchos los que opinamos que el mandato de las urnas ha sido claro: el pueblo andaluz le grita a la izquierda moral que salga de las trincheras y se convierta, de una vez por todas, en la izquierda real; nos dice: Ahí tenéis la oportunidad de hacer que un gobierno andaluz, y con el PSOE, sea algo más que un triste remedo social-liberal de lo que es un gobierno del PP, (que es lo que eran los últimos gobiernos socialistas); nos habla lento, pero muy inteligentemente, para que no confundamos sus mensajes, y nos anima a saltar de estas trincheras, a bajar de estas atalayas del pensamiento, a salir de ese ostracismo ideológico en el que cientos de asambleas de base de IU se encuentran en toda Andalucía: Y GOBERNAR. 
Nos habla de que la situación cambie. Nos habla de abrirnos, de entendernos, de mezclarnos con la sociedad, de explorar opciones de izquierdas y progresistas, para no dejar en la cuneta a los andaluces, por eso, entender esta oportunidad como una reválida de familias dentro de IU también sería un error: los andaluces nos piden políticas concretas contra la deriva neoliberal que ha desatado en Europa esta crisis; no nos pide copar poder sin más, tampoco renunciar a él como método, sino poner en práctica políticas diferentes.

Así que, debemos gobernar. No hacerlo sería traicionar esa confianza; no hacerlo sería claudicar, entregar la utopía; en lo interno, volver en las próximas elecciones a nuestro suelo electoral de 300.000 votos, seis diputados; caer en la ilusa creencia de que 12 diputados y un Grupo Parlamentario magro pueden marcar la agenda política y de gestión del gobierno de uno de los países más significativos de Europa; en lo externo, en lo social, sería una traición, sin más, pero no a Resppaña, sino al pueblo andaluz, que es el que nos votó.  

Andalucía y sus más de 8 millones de habitantes; Andalucía y su condición fronteriza; Andalucía, con extensión y trascendencia similares a la de países enteros de Europa; Andalucía y su proyección simbólica y cultural; ahora, Andalucía y su singularidad ideológica, en el contexto de esta crisis, en el contexto de esta Europa. Luego, pronto, será Francia.

No hacerlo sería también renunciar a ese otro mundo posible (que siempre proponemos) a cambio de seguir soñando en él; renunciar incluso a intentarlo; sería permitir que el pueblo juzgase tu trabajo en función de lo que no has hecho, de lo que no te has atrevido a poner en práctica. Sería claudicar sí, pero hacerlo de la peor manera posible, por cautela, por miedo, o, lo que es inadmisible, por intereses electorales mal entendidos: mantener una pureza excluyente y mal llevada que de nada es útil a la mayoría del pueblo andaluz.

Los principios son irrenunciables; eso lo tiene claro cada militante o simpatizante de cada asamblea, de cada pueblo o ciudad de Andalucía; ha quedado claro y por eso nuestro programa está sobre la mesa, sobre la nuestra y también sobre la del PSOE, así que las posibilidades de construir tienen unos buenos cimientos: ¿esas bases las hubiera puesto nadie en práctica sin nosotros en esta tesitura? Posiblemente no. ¿Si no se van cumpliendo no podemos exigirlo desde dentro? Posiblemente sí.  

El proceso ha sido mejorable ya que muchos echamos en falta mayor horizontalidad, mayor información y transparencia sobre qué se pacta, cómo, a cambio de qué y en qué terminará eso; pero la oportunidad del referéndum último, mañana, martes 24 de abril, puede enmendar esos fallos.

¿Convoca ningún partido un referéndum entre sus bases para ratificar un pre-acuerdo de gobierno? NO ¿Se ha de ser consecuente con sus resultados, sean cuáles sean? Sí o Sí.

El pasado es doloroso, porque también somos muchos los que hemos sufrido, y sufrimos continuamente, en cientos de pueblos y ciudades andaluzas, el ataque de un PSOE más convertido en camarilla que en partido político democrático, más convertido en manijero de un stablishment de poder, que en nada parecido a un partido de izquierdas o socialdemócrata. Lo sabemos, algunos, lo estamos (seguimos) sufriendo.

El futuro es incierto, eso está claro, porque el PSOE ha desvariado en sus políticas en los últimos tiempos, mostrándose esquivo a planteamientos sociales y muy connivente con determinados poderes cuyos intereses y modo de actuar, socavan la soberanía popular y la propia esencia de la socialdemocracia.

Pero también es cierto que el presente es ilusionante y nos pide compromiso. Los puentes se construyen sobre dos orillas del mismo río, y con el PP, o permitiendo un gobierno del PSOE pero sin cimientos en la orilla izquierda, ¿dónde estaríamos? ¿qué responsabilidad ejerceríamos con respecto al pueblo andaluz? 

Son elecciones autonómicas, son elecciones de país. A nivel local entenderse con el PP puede ser comprensible, por la concreta historia política de ese pueblo en particular, pero ¿a nivel de país? ¿de grandes ciudades?

Es hora de salir de las trincheras compañeros y compañeras, de las trincheras ideológicas y crear nuevos conceptos, nuevas formas de entender la política, nuevas vías de tender hacia la sociedad, recrear los horizontes de igualdad y de justicia social que tenía nuestra democracia y que esta maldita crisis por bandera la derecha intenta sepultar. Es hora al menos de intentarlo, y si no se cumplen esos requisitos, decirlo mil veces, sin cansancio, dentro y fuera de IU.  

IU debe gobernar, y saber gobernar. 

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