miércoles, 30 de noviembre de 2011

The economist analiza la 'muerte de la eurozona' a su manera, pero no falto de razón

¿Quién mató la eurozona? Una visión neoliberal aunque revisionista de los motivos que han llevado al coma operativo a la eurozona monetaria.

Tengo miedo... al fascismo


martes 15 de noviembre de 2011

Tengo miedo... al fascismo


Sólo existe una explicación posible para que el Partido Popular arrolle en las próximas elecciones: tenemos miedo, miedo a que los envites financieros y los pocos ahorros, posesiones y escaso estatus económico que teníamos, se desmoronen definitivamente. La supuesta seguridad del PP en lo económico no viene dada porque haya dado ningún paso adecuado precisamente en la gestión de esas situaciones, sino porque los precedentes pasos del PSOE han sido poco productivos, muy erráticos y nada convincentes. Pero son dos caras de la misma moneda.

Por otro lado, esos pasos han socavado toda soberanía existente en el propio Estado español, incapaz de actuar por sí mismo o fuera de los mandatos que marcan los mercados o los convencionalismos internacionales. De modo que los cambios de gobierno, en esta Europa que se creía democrática, se suceden por imperativo categórico de otros poderes que no podemos controlar, ni valorar, ni a los que podemos pedir explicaciones, ni votar, y cuya fuerza, sin saber muy bien de dónde emana, parece imposible de controlar. ¿Si la soberanía está en Bruselas o en el FMI por qué no votamos a sus responsables?

Yo, amigos y amigas, tengo miedo, pero es un miedo diferente que el que se siente ante la posibilidad de la pérdida de "lo poco que tenemos", es un miedo directamente relacionado con la posibilidad de perder "lo poco que hemos conseguido".

Me parece más importante, sobre todo en estos momentos, el ser, que el tener, el mantener derechos, que el mantener capacidad de compra, determinadas seguridad y libertad civiles y sociales, que las fluctuaciones del euro. Por eso no votaré al PP, por eso no me convence la salida no planeada de la crisis por parte del PSOE. No votaré al PSOE. Por eso no creo que el problema radique en suprimir Diputaciones, que no estaría mal, ni en cerrar quirófanos... No se trata de eso, porque estas elecciones, cuando los gobiernos de la Europa del Sur de la que formamos parte caen sin intervención, ni opinión del pueblo, me parecen una pantomima, una escenificación de cambio, un teatrillo, que está al servicio de variar la imagen que algunos supra-poderes tienen de nosotros, de nuestra economía. ¿La prima de riesgo sigue subiendo no es verdad? ¿Habrá cambio de gobierno no es cierto? ¿Ya hicimos constitucional la prohibición del déficit no? No, no es eso.

Corremos el peligro de que esta crisis, además de arruinarnos económicamente y maltratarnos laboral y socialmente, nos haga perder la confianza en la democracia, de ver la utilidad y legitimidad de estos sistemas completamente desacreditadas. Y eso me da miedo.

La emergencia y necesidad nacionales y los virajes de timón impuestos por esos supra-poderes que desconocemos, nos legan a una situación peligrosamente parecida al fascismo. Además, la mayoría de la gente parece preferir esta vía provocada por virajes que se dan políticamente, por ese mismo miedo a perder lo poco que hemos conservado, que interesarse por las diferentes formas de actuar que existen, y las otras posibles alternativas a la salida de la crisis que no estaría fuera de lugar poner sobre la mesa, y mucho más interesada en aquello que en la respuesta cívica desde la calle. Cree la gente que cambiar al PP les devolverá el empleo, a pesar de aquello que quite o venda o por lo que cobre cuando llegue al poder. Pues vale.

Yo, queridos amigos y amigas, tengo miedo porque no se quién diablos defiende el bienestar de los que estamos pagando la crisis, quién defiende nuestros derechos, no conozco quién está por encima de nosotros y elige por nosotros, no tengo mecanismos de control u opinión sobre las decisiones que nos hacen tomar...

Tengo miedo de perder mi estatus de ciudadano, como ya perdí el estatus de cliente para los mercados.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Juegos de mesa nazis: la perversión hecha macabra ¿diversión?


Muy poca gente sabe una patética historia que demuestra mejor que otras muchas atrocidades lo enfermizo y peligroso del régimen de Adolf Hitler: los juegos de mesa nazis. Si, como leéis, la profusa y efectiva propaganda ideada por Joseph Goebbels no olvidó los juegos de mesa de ideología nazi o, fundamentalmente, militares y de guerra. Antes de la invasión polaca ya existían curiosos ejemplos de juegos de mesa que de alguna manera, estética o temáticamente, comunicaban y promocionaban al nazismo y su retrógrada ideología racista y de supremacía aria. Como muestra esta especie de parchís, que además deja clara la connivencia de cierto gran emporio del entretenimiento norteamericano con el régimen nacionalsocialista. Nunca Disney estuvo más cerca de una esvástica... o sí, ¿quién sabe?.




Pero si antes de la guerra esta forma de 'comunicar' ya estaba plenamente implantada entre los pequeños jóvenes alemanes con futuro de soldado, durante la guerra la promoción de los valores militares y del odio al enemigo, especialmente al Reino Unido (principal protagonista de los intensos bombardeos que sufría Alemania en la Segunda Guerra Mundial), se plasmó con toda la macabra fuerza de este régimen enfermizo. No fueron pocos los juegos de mesa, extremadamente populares entre la juventud hitleriana, que animaban a bombardear, invadir y batallar contra los enemigos ingleses. El más popular, 'Bomber über England' (Bombas sobre Inglaterra), de 1940.


Un verdadero éxito de ventas que, al estilo del Risk, invitaba a idear estrategias para "aniquilar" al enemigo. Por cierto, este juego iba acompañado de un super hit de la música popular alemana de la época del mismo nombre: "qué bello es ver caer bombas sobre Inglaterra y saber que venceremos". Tremendo. Este y sus secuelas o precuelas alentaban a bombardear Inglaterra...



Invadirla por aire...




Por mar...




O a desarrollar dotes básicas de estrategia militar, por si nos encontramos frente a frente con un pelotón 'aliado'...



Aunque mención especial se merece el tristemente macabro 'Juden Raus¡' (algo así como, ¡Judíos Fuera!), de 1936, comercializado por la empresa Günther and Co. (podemos imaginar la compañía del tal Günther). Este juego fue anunciado como instructivo y entretenido e incluye dados, un tablero y unas figuras de juego que intentan representar (y caricaturizar) a ciudadanos judíos. Lo que pretende el juego es que los jugadores vayan moviendo a esos judíos a través de un mapa, primero fuera de las murallas de la ciudad, y más tarde hacia su definitiva deportación a Palestina. En el tablero reza un lema no menos doloroso y vergonzante: "Si te las arreglas para expulsar a seis judíos habrás conseguido una clara victoria". Muy Fuerte. Lo curioso de este juego es que comercialmente no funcionó excesivamente bien, porque los órganos oficiales de las SS consideraban que trivializaba las importantes políticas antisemitas que estaba poniendo en marcha el régimen... había otros "más instructivos".






Estos eran algunos de los creativos juegos de mesa infantiles y juveniles que los nazis idearon para instruir a sus jóvenes.

sábado, 12 de noviembre de 2011

118 diputados para el PSOE porque "es la economía...¡estúpido!"



La esperanza es lo último que se cafepierde ;)


Hace unos días, comentando las expectativas electorales de Izquierda Unida con algunos dirigentes de la dirección provincial de Sevilla, y más tarde, valorando el volumen de la debacle del PSOE, especialmente en Andalucía, con responsables de comunicación de los socialistas andaluces, todos coincidíamos, desde diferentes puntos de vista, en dos cuestiones: 1º) son unas elecciones desagradables, quizás las más desagradables de la democracia española; 2º) debemos esperar; debemos esperar el efecto del nuevo escenario de paz de ETA, inédito hasta ahora; debemos esperar la encuesta del CIS; debemos esperar al debate.

Yo añadí que debíamos esperar también a los datos del paro correspondientes a octubre porque, como en aquél enfrentamiento desigual entre Clinton y Bush al que el procaz de Bill terminó dando la vuelta, ahora en España como en 1992 en EEUU, se trata de la economía... ¡estúpido! ("the economy, stupid" fue la frase-icono de aquella campaña en la que Clinton se impuso contra todo pronóstico). También me atreví a aventurar 118 diputados para el PSOE (entre 115 y 120).

Pues bien, la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas hecha pública ayer, (completa aquí), arroja algunas conclusiones interesantes, y ciertamente tristes, que van bastante más allá de los titulares sobre la mayoría absoluta del PP y la debacle socialista.

1º) La paz de ETA influirá poco o nada, excepto allí donde más patente es el conflicto y sus diversificaciones sociales: posiblemente Amaiur alcance el mismo porcentaje de voto que el PNV y los mismos o incluso un diputado más (1% y 3 respectivamente). El PSE aguantará como primera fuerza en Euskadi gracias a ese desvío del voto nacionalista.

2º) Se confirma que la caída socialista será espectacular y que la mayoría del PP será absoluta sin demasiados problemas, a expensas de un vuelco de última hora bastante improbable en estos momentos, porque hasta el último momento se ha tratado de economía.

Justo antes de unas nuevas elecciones la gente recuerda que Solbes y Zapatero negaron hace menos de cuatro años la inminencia de una crisis que no sólo no ha parado de ahondar a cada año sino que está lapidando cualquier expectativa de crecimiento personal a corto y medio plazo. En estos cuatro años los sucesivos gobiernos socialistas han mostrado desconcierto, tribulación, medidas erráticas e incluso histeria. La indignación ha crecido y la memoria se mantiene. A este país no se le puede mentir; Aznar lo intentó con la autoría del 11-M y en dos días perdió las elecciones.

3º) Que la gente está indignada y votará pensando en el tobogán político, económico y declarativo que ha supuesto esta crisis lo demuestran los hechos de que la simpatía que despierta el PSOE, a pesar de lo que ha llovido, es prácticamente idéntica, incluso algo superior, a la que despierta el PP: 25,4% vs 25,2%; pero sumada a la estimación de voto se separan 8'5 puntos, ya que el PP, con 33,5%, supera el 25% en el que en estos momentos se sitúa el PSOE.

4º) Vamos a votar al menos malo, al que más castigará a los que nos han traído hasta aquí, no pensando en su capacidad o nuestra afinidad política... El 41% de los encuestados manifiesta tener poca o ninguna confianza en Rajoy y el 49% piensa que la labor de oposición del PP ha sido mala o muy mala, si sumamos los que consideran que ha sido regular HASTA EL 82% PIENSA QUE EL PP NO HA EJERCIDO UNA BUENA OPOSICIÓN. Estos datos son los de la esperanza, el respiro del PSOE.

5º) El vuelco en Andalucía es evidente. El PSOE tan sólo gana en una o dos provincias, Huelva y Sevilla, siendo superado o casi alcanzado en ambas, y vapuleado en Granada, Almería, Málaga y Cádiz. Empatan en Córdoba y Jaén. Si se repitiesen los mismos porcentajes de voto en las autonómicas, el PP estaría en condiciones de llegar a la mayoría absoluta. Es sintomático y triste el hecho de que IU, tras esta debacle del 'voto socialista', tan sólo consiga un diputado (por Sevilla). Por su parte, IU recupera la presencia andaluza en el Congreso pero me parece esclarecedor el que sea tan sólo 1 y no 3 los diputados andaluces de IU en Madrid: la izquierda no puede seguir conformándose con un voto residual cuando el PSOE pierde votos a ritmo acaudalado.

6º) La mayoría de los españoles, 44,3%, prefiere que no se de una mayoría absoluta en el Congreso. Pero el 61,6% ve necesario un cambio de rumbo. ¿Qué hubiera pasado si el PSOE hubiese adoptado un compromiso de cambio, en el fondo y en las formas, también en las personas, real y desde hace seis meses?

7º) La izquierda ha perdido una oportunidad única de ofrecer una alternativa más fuerte. Pronostican ocho diputados a IU pero no podemos olvidar que 3 corresponden a ICV, que ya ha anunciado pactos posteriores con Equo, y esos otros grupos afines también obtendrán representación, al menos 2 diputados por parte de Compromís y la propia Equo; una iniciativa conjunta, además, no sólo arrojaría 10 diputados de ese hipotético grupo sino que, con los votos aglutinados en diferentes provincias en los que faltará poco ara conseguir mayor representación, el grupo de la Izquierda podría haber hecho crecer exponencialmente su presencia: 13 o 14 diputados.

Creo que la anulación de las primarias internas, la repetición de nombres que llevan 20 años en el candelero político, además, de un candidato que como ministro ha formado parte del núcleo duro de todos los gobiernos de los últimos ocho años, y la posterior reforma de la constitución pasteleando con el PP, y con nocturnidad, han hecho imposible la adquisición o proyección de un perfil que marque claramente un rumbo diferente. Casi todas las decisiones sobre las formas de afrontar la crisis, además, han sido impuestas desde fuera o han tenido un claro componente antisocial.

Sólo el miedo al PP, el voto sentimental y residual socialista y un vuelco en el debate pueden mejorar las cifras del PSOE de cara al próximo 20N, pero nunca cambiará, me temo, el previsto escenario final de las elecciones: mayoría absoluta del PP. Se trataba de la economía, ¡estúpido!.

martes, 1 de noviembre de 2011

Empezar bien por el tejado: referéndum griego



Me conmueve la unanimidad con la que los poderes de esta Europa de los mercados, difícilmente social, ha salido contra una consulta popular, legítima, democrática y soberana como la que ha planteado Grecia. Me sorprende por otro lado la coordinación de gobiernos, FMI, medios de comunicación y representantes empresariales de toda Europa occidental, a la hora de salir en trompa contra esa referéndum absolutamente legítimo, cuando para otras cosas tan difícil es que se pongan de acuerdo. ¿Por qué?

Porque los mercados, con sus ataques sin control contra las deudas 'seudo-soberanas'; los gobiernos europeos, con las ayudas prometidas de los Estados miembros; el Banco Central Europeo, con la condonación de cierta cantidad de deuda inencontrable; y la Banca privada, con otros mecanismos evidentes de presión, desde Bruselas, ahora Cannes, Nueva York, Londres, Berlín o París, pueden, por primera vez desde que empezó esta crisis financiera, quedarse sin decidir qué medidas, dónde, cómo y en qué periodo se ponen en marcha. Se queden sin poder decidir sobre aquella crisis que entre todos han creado, consentido o amamantado, pero que básicamente estamos pagando nosotros.

Tienen miedo de que la baraja se rompa.Puede que los griegos prefieran salirse del euro o reventar el mercado financiero antes que admitir que 150.000 empleados públicos sean despedidos; puede que no quieran tener nada que ver con el euro antes de admitir que se les imponga un impuesto solidario a todos los asalariados, antes de admitir la rebaja obligada del 20% del sueldo de los funcionarios o el descenso del 40% en sus jubilaciones. Por primera vez, digo, el pueblo griego puede decidir sobre su propio futuro, aunque lo pinten más de un negro difícilmente tolerable, y que esos poderes fácticos financieros se queden sin poder influir en él porque rompan la baraja de unas normas no explícitas pero asumidas por todos los estados UE.

Tienen miedo de que los pueblos de Europa den la espalda definitivamente a la clase política acartonada que la ha representado y al sistema económico que no les hace vivir mejor.Este referéndum, tarde y mal planteado porque pretende recuperar el soberano poder de la ciudadanía cuando antes se han perdido todas las oportunidades de coordinación, gobernanza y acción políticas conjuntas dentro de la UE, es en cambio legítimo, legal y, lo que es más importante, puede que sea tremendamente sano como ejercicio de honestidad democrática, control de las decisiones.Que no decidan por nosotros; que no nos hagan pagar sus desmanes financieros; que no nos obliguen a sufragar su falta de control sobre los mercados; que asuman las responsabilidades de haber ideado una Europa del capital y de los grandes movimientos de dinero, inversiones y bienes de consumo, sin una unión política efectiva, sin un control efectivo de esos movimientos, sin un proyecto social de Europa.

Aquella economía al servicio del bienestar social de la tercera vía que representaban las socialdemocracias del norte de Europa, frente a los sistemas puramente capitalistas o comunistas, ha sido reducida a las cenizas por la codicia de unos cuántas grandes corporaciones financieras, y las personas que están sentadas en sus sillones, y con la connivencia de unos sistemas democráticos sólo en sus maniqueas representaciones electorales, un stablishment político neoliberal sin tacha (PP y PSOE han seguido la misma estela) y unos estados sociales sólo en sus declaraciones constitucionales.

Ahora, por fin, pero al final, se hace el tejado cuando la casa ya está sin paredes.