miércoles, 14 de agosto de 2013

"Hitler tenía razón": El Ayuntamiento de Pinto permite apología del nazismo en una corrida de toros

"Hitler tenía razón": El Ayuntamiento de Pinto permite apología del nazismo en una multitudinaria corrida (o encierro) de toros. 'Pinto, el centro de la Península Ibérica', lema del municipio, deberá ser sustituido por 'Pinto, el centro de la permisividad nazi'. La alcaldesa de Pinto, Miriam Rabaneda, del Partido Popular, debe explicar tal permisividad (¿por qué no connivencia?). (Gracias a E. Jiménez que ha dado la alerta).



martes, 13 de agosto de 2013

Según La Vanguardia, extrapolando datos del CIS: ¿IU 44 escaños y 1ª fuerza en Asturias?

La Vanguardia hace una proyección de los últimos datos del CIS y coloca al PSOE ligeramente por encima del PP y a IU como gran beneficiada llegando a 44 escaños y siendo la opción más votada en Asturias. La noticia en cambio debería ser la enorme abstención que, de confirmarse, serían un varapalo serio para el soporte ciudadano del Estado de la Transición. Poco fiable proyección.





domingo, 4 de agosto de 2013

Hitler no ganó las elecciones, las perdió (o se la hicieron perder) la izquierda



La últimas elecciones "democráticas" de la República de Weimar fueron, en realidad, el 6 de noviembre de 1932. En el contexto de una Alemania sumida en un caos político y económico sin precedentes (sólo durante la I Guerra Mundial la situación llego a ser socialmente más problemática), la representación parlamentaria quedó tal y como expongo a continuación:

Nacionalsocialistas: 196
Partido Socialdemócrata: 121
Partido Comunista: 100
Centro Católico: 70
Partido Popular Nacionalista Alemán: 51
Partido Popular Bávaro: 20
Grupúsculos: 12
Partido Popular: 11
Partido Democrático Alemán: 2
Partido Económico: 1

El partido de Hitler obtuvo el 30% de los 584 escaños del Reichstag. La suma de escaños de los 2 grupos más votados por debajo de ellos, de izquierdas, hubiera sido suficiente para relegarlos a la oposición al menos en la elaboración de una propuesta de Presidencia del Parlamento. La izquierda ganó la batalla a los nacionalsocialistas y Hitler no debería de haber ocupado esa jefatura. 

En última instancia, el Presidente de la República decidió que sería Hitler el que presidiese el Parlamento, y con él al frente del Reischstag, en las elecciones de marzo de 1933, el NSDAP sí que arrasó electoralmente: 288 diputados vs. a 200 de las opciones izquierdistas. Las condiciones de esas elecciones, según todas las crónicas, no parecen excesivamente "democráticas": atentados, palizas a candidatos izquierdistas, quema de sedes de los partidos comunista y socialista, etc. Finalmente Hitler ascendió a Canciller el 30 de noviembre de 1933, pero por decreto. 

Bajo mi punto de vista son tres factores, antes que la aclamación popular, los que produjeron el ascenso al poder, poder ejecutivo, el definitivo, de este nefasto personaje: 1) La evidente connivencia de los poderes fácticos germanos (todos y a todos los niveles, ya que las excepciones confirmarían la regla en este caso) y la oligarquía económica alemana con los postulados de Hitler ante el posible ascenso de la izquierda, netamente socialista en aquél caso 2) La falta de entendimiento nítido de la izquierda 3) El uso de unas formas, gruesas y populistas, que no dejaban ver del todo el fondo de una ideología perversa, o, lo que es más preocupante, la falta de esa ideología, oculta tras artificios viscerales y mediáticos (propaganda, en aquella época).

Espero que no caigamos en las mismas trampas, toda vez que el escenario parece replicar sombríamente algunas de aquellas mismas circunstancias. Y a colación de esto: ¿ignora alguien hoy en día que el PP ya tiene previsto su plan B y hasta C? 

viernes, 2 de agosto de 2013

El tiempo que nos ve nacer


La estela de aquellos momentos que nos han visto aparecer: aquí y ahora, nos relata nuestra existencia fuera de método o alquimia, influye en cómo somos, cómo pensamos, cómo queremos vivir... El tiempo como moldeador de nuestra sicología, personal y colectiva. 

Cuando la semana pasada Concha Caballero hablaba de la idiosincrasia política andaluza, en la Escuela de Verano de Izquierda Abierta, resultando que es de izquierdas, mayoritariamente al menos, nuestra forma de sentir políticamente, enunció un buen número de experiencias colectivas andaluzas que, desde lo antropológico y cultural y hasta lo político, fundamentaban ese "sentido" y sensibilidad andaluces.

Pero no abordó algo que considero esencial para describir, y puede que explicar, parte de ese sentido andaluz de lo público: nuestra relación con el tiempo, nuestra relación con el tiempo como pueblo. 

Como sociedad milenaria y agrícola de la cuenca mediterránea pervive en nuestro uso y relación con el "tiempo" una concepción irrevocable y eminentemente cíclica de los procesos vitales; y como sociedad inserta en un Estado de Europa occidental en el que, aunque con grandes asimetrías, la industrialización capitalista comenzó ya hace siglo y medio, también compartimos ese concepto lineal, acumulativo y progresivo del tiempo, tan propio de las sociedades capitalistas clásicas... Pero ni uno ni otro.

Andalucía, como producto de la mezcla de varios espacios culturales en los que no nos hemos terminado de posicionar (excepto siempre con respecto a nosotros mismos); ni tampoco nunca por completo nos han podido subyugar eliminando nuestras señas y rasgos de relación social o con el entorno; Andalucía, como pueblo en continua evolución cultural y antropológica (¿qué tiene que ver la Andalucía de hoy con la de hace 30 años?)... tiene un concepto y una relación con el tiempo absolutamente característicos dentro de nuestro entorno (similar a la de otros pueblos mediterráneos e iberoamericanos como es obvio).  

El tiempo aquí es líquido, se escapa, se diluye, corre por veredas hasta sumirse y desaparecer... el tiempo aquí se mide al vivirlo, existe con entidad propia, es inaprensible, no se intenta comprender o someter, está por encima, por debajo, circula por nuestras venas... el tiempo está en todas partes sin existir, o quizás precisamente por eso, por existir, SIN MÁS, todo es tiempo y ya, de modo que su conteo no es mercancía, su paso no es sometimiento... El tiempo se mide y se tiene en cuenta, claro que sí, pero es nuestro aliado, y no el marchamo de nuestra esclavitud, nunca termina de perder su naturalidad.

Y creo que esa característica relación con el tiempo tiene bastante que ver con que Andalucía no haya caído del todo en las voraces fauces del capitalismo neoliberal, y de su pensamiento único, que es el que más rabiosamente ha troceado, empaquetado, vendido y sometido con urgencia ese tiempo, para que él nos someta también a nosotros en una perversa relación de amor-odio (y mercadear también con todo lo que mide, como la juventud y vejez, las tendencias y moda, las noticias...). 

Una reflexión del compañero Blas Rueda de Izquierda Abierta Andalucía es la que me ha animado a escribir este comentario, tras seis meses sin alimentar el blog... Curioso concepto del tiempo el mío ;)