domingo, 16 de agosto de 2009

Mucho cine que ver

Será que ante el mes que me pasaré lejos de salas de cine en algún idioma mínimamente comprensible, me ha dado por ver todo lo que 'no dejaría de ver bajo nigún concepto' justo en los dos días antes de mi marcha. Vuelvo a ser el jonkie del cine de siempre pero esta vez sufriendo una especie de 'mono de antemano'. Todas estas obras son muy recomendables bajo mi punto de vista, aunque algunas sean mediáticas hasta el hartazgo.

Public Enemies, de Michael Mann. Para mí este director representa uno de los baluartes del cine norteamericano actual porque, quizás con el clasicismo de Clint Eastwood y los universos propios de Terrence Malick, como cabo y rabo de ese cine, abarcan todas las formas de narrar que ha tenido Hollywood y que son tal y como conocemos desde el Nuevo Cine Norteamericano de los 60 y 70.

Mad Detective Detrás de esa producción china de 2007 (cantonesa en realidad), dirigida por Johnnie To y Wai Ka-Fai, existen buenas costumbres del thriller sicológico de finales de los 70 que ahora brillan por su ausencia. La manera de combinar los planos, las escenas de acción (innegablemente herederas del buen cine de acción de Hong Kong), la honestidad en las interpretaciones y la trama, que tan bien se mueve entre la ficción y el biopic...en fin, una agradable sorpresa que no te dejará indiferente. Atentos a la escena final: desde la realización y desde la concepción del guión, francamente interesante.

The Hangover (Resacón en Las Vegas) Todd Phillips consigue lo que no se veía desde los años 80: comedias gamberras y políticamente 'incorrectas' (estaría por ver) que con su actitud y su mera existencia son una radiografía de toda una sociedad, fácilmente extensible a la nuestra . Definitivamente algo, sociológicamente, se mueve en EEUU. Al menos frente a determinadas posturas. Que exista este producto es buena prueba de ello: se puede bromear sobre el 11S, tratar sobre el sexo, el desfase de unos treintañeros, el consumo de drogas o constantes chistes raciales...!siendo una comedia¡ Ni un psycothriller, ni un melodrama moralizante, ni una historia de autosuperación...siendo, si más, una reconstrucción de la noche inolvidable aunque para olvidar de unos tipos normales. Que esa fórmula sea un desternillante éxito, es una buena señal.

martes, 11 de agosto de 2009

Una recomendación sincera: Jonhatan Safran Foer

SEMBLANTE GRACIAS A LA SIEMPRE ÚTIL WIKIPEDIA


Jonathan Safran Foer (Washington DC, 1977) es un escritor estadounidense de origen judío.

Su primera novela, Todo está iluminado, se edita en 2002 y se alza rápidamente hasta los puestos más altos de las listas de ventas internacionales, además de cosechar varios premios literarios, como el National Jewish Book Award y el Guardian First Book Award. A finales de 2005 aparece la adaptación cinematográfica.

El libro describe la búsqueda desesperada de las raíces del abuelo del autor. Con nada más en el bolsillo que una foto poco nítida viaja hacia Ucrania, con el fin de buscar a la mujer que supuestamente salvó la vida de su abuelo durante la guerra. La historia es a la vez extremadamente cómica y profundamente trágica. Desde diferentes perspectivas se construye un relato en el que pasado y presente enlazan, dando lugar a un mito (o una verdad) fascinante.
En 2005 se estrena esta obra en el cine de la mano del director Liev Schreiber, Todo está iluminado, y en el que el escritor interpreta a Leaf Blower. Elijah Wood da vida a Jonathan.

La segunda novela de Safran Foer, Tan fuerte, tan cerca, se publica en 2005 y cuenta la historia de Oskar, de 9 años, que perdió a su padre en los atentados de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Sus abuelos lograron escapar de los bombardeos sobre Dresde durante la Segunda Guerra Mundial. Después de la muerte de su padre encuentra una llave en un jarrón con la inscripción "Negro". Con la suposición de que se trata de un mensaje emprende la búsqueda por Nueva York... Fue uno de los libros más alabados de 2005.

También escribe artículos para The New York Times.

lunes, 10 de agosto de 2009

Pequeñas consideraciones irlandesas

Justo dentro de una semana, con un buen amigo, regreso a Irlanda, otra genial amiga. Esta vez con propósitos más peregrinos, aunque no menos importantes: reencontrar lugares en los que viví, que visité, gente a la que quise. Hace tres años que no piso aquellas tierras; me fui sin más, emprendí un camino para poner punto y final a otro. Allí siguen algunos a los que encontré. Recupero unas anotaciones de la libreta de aquel viaje, sólo para regusto personal, intentar recuperar aquel extraño color que todo lo teñía también de una forma extrañamente sentida.

"Una vuelta al recurso. Una vuelta a los miedos. Cojo el avión para volver a Sevilla; espero que los enlaces no den problemas; espero que el equipaje no de problemas; espero que mis compañeros de asiento no den problemas; espero que en svq las cosas hayan cambiado en algo, para que las cosas simplemente dejen de dar problemas. Sin duchar ni afeitar, perfecta antítesis de la canción de La Niña de los Peines. Sin haber dormido demasiado, añado. Habiendo cometido mis tradicionales tropelías; habiendo protagonizado mis elocuentes evasivas...Cantando Guantanamera como una forma ideal de dejar de pensar (J dixit).

Y me siento el hombre más triste del mundo al sentarme en el aeropuerto ante la inmensa desdicha de renegar de varios sueños. Tener que dejar esos verdes ojos de Irlanda, que te miran tan dentro de las entrañas que te vuelven carnaza de una tierra de la que en cambio llevan huyendo secularmente sus habitantes...Cada uno sufre el hambre de una forma diferente, cada uno debe sobrellevar una carencia.

Y me siento el hombre más extrañado del mundo. Vida errante, locos consuelos del alma; el diablo está en uno mismo y huimos porque no queremos pensar. El trasiego no te da tiempo para milongas. Etc. etc. etc. Palabras sin música.

Cuánta gente se encuentra en lugares comunes a los que llegan sin nadie, acaso sin nada. Solitarios. Me gusta la idea de empezar; allí, allá, con estos, con otros...hacia donde tantos llegan buscando sus orígenes, desde las amplias llanuras de Canadá, las asfixiantes costas de Australia o el mezquino desierto que merodea Ciudad del Cabo, es desde donde tantos otros queremos mirar al futuro arrinconando el corazón contra las rocas y la humedad de uno mismo, en un pequeño y afable trozo de tierra flotante.

Por eso es necesario creer en la gente. La gente sigue, permanece, lucha. Y hay millones que andan buscando su destino y sintiendo que su búsqueda no es solitaria; es una búsqueda compartida; quizás la misma que existe desde que el hombre es hombre y desde que todos sabemos que necesitamos, que anhelamos, que es desde siempre. Encontrar algo o simplemente buscarlo, eso es lo importante."