viernes, 28 de noviembre de 2008

El hombre de piedra

La luz que hiere los ojos se hace dentro masa lenta y despaciosa
la leche volcada en el mar inexpresivo de nuestros días
mientras la noche cerca el cuadrilátero exacto de nuestra próxima batalla
el corazón da pequeños saltos que desbocan la memoria
acaba de expresar...acaba de saberse...acaba de rugir
y cada millón de pequeños granos de arena toman conciencia
bajo mis pies helados y difícilmente estables;
el hombre resultante del amontonamiento de piedras de alma y azar
hoy es la presa más fácil del caos, la única salida, que no cesa
ante la pulcritud de las olas, o la terca superficie del cielo muerto
o tus ojos platónicamente negros al viento que no sopla

cada paso de mi lucha es una pequeña impostura

seca y dormida y distante
y sabrosa la cara del sol
recuerda tu piel insaciable y blanca.

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