domingo, 18 de marzo de 2012

18 de marzo de 1871: se instaura la Comuna de París


De la historia se aprende (quien quiera claro está, porque otros aprenden a repetirla sin más). ¿Qué se puede aprender de la apasionante historia de la constitución de la Comuna de París?

1. La unidad de la izquierda hace más fuertes las posibilidades de conseguir sus objetivos de justicia social.

2. Las crisis económicas y políticas son oportunidades para canalizar el espíritu emancipador y el descontento sociales.

3. La izquierda debe aportar soluciones reales, eficaces y posibles, para, primero, provocar el cambio y, en segundo lugar, responder a las expectativas de ese cambio.

4. El poder, ya entonces era imperial-capitalista, aplastará sin piedad los intentos de subvertir el orden de las cosas con todos sus medios: militares, legislativos, judiciales, mediáticos, etc.

5. La calle es esencial; la gente es esencial; los verdaderos problemas de las personas, y en cada época son de una índole determinada, son esenciales...


Además es curioso cómo a pesar de los años dos de los problemas de las clases más desprotegidas hoy ya tuvieron que ser atajados entonces por aquellos comunistas: la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas. Ejemplificante.


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La Comuna de París (Francés: La Commune de Paris) fue un breve movimiento insurreccional que gobernó la ciudad de París del 18 de marzoal 28 de mayo de 1871, instaurando un proyecto político popularautogestionario que para algunos autores se asemejó al anarquismo o alcomunismo.

Tras la derrota y derrumbe del gobierno imperial de Napoleón III en laGuerra Franco-Prusiana (1870-1), París fue sometida a un sitio de más de cuatro meses (19 de septiembre de 1870 - 28 de enero de 1871), que culminó con la entrada triunfal de los prusianos -que se retiraron de inmediato- y la proclamación imperial de Guillermo I de Alemania en elPalacio de Versalles.

Debido a que París no aceptaba rendirse, la nueva Asamblea Nacional y el gobierno provisional de la República, presidido por Adolphe Thiers, prefirieron instalarse en Versalles y desde ahí doblegar a la población rebelde. El vacío de poder en París provocó que la milicia ciudadana, la Guardia Nacional Francesa, se hiciera de forma efectiva con el poder a fin de asegurar la continuidad del funcionamiento de la administración de la ciudad. Se beneficiaron del apoyo y de la participación activa de la población obrera descontenta, del radicalismo político muy extendido en la capital que exigía una república democrática, y de la oposición a la más que probable restauración de la Monarquía borbónica. Al intentar el gobierno arrebatarles el control de las baterías de cañones que habían sido compradas por los parisinos por suscripción popular para defender la ciudad, éstos se alzaron en armas. Ante esta rebelión, Thiers ordenó a los empleados de la administración evacuar la capital, y la Guardia Nacional convocó elecciones para el consejo municipal que fue copado por radicales republicanos y socialistas.

La Comuna (el término commune designaba y aún designa al ayuntamiento) gobernó durante 60 días promulgando una serie de decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la creación de guarderías para los hijos de las obreras, la laicidad del Estado, la obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas. Muchas de estas medidas respondían a la necesidad de paliar la pobreza generalizada que había causado la guerra. Sometida casi de inmediato al asedio del gobierno provisional, la Comuna fue reprimida con extrema dureza. Tras un mes de combates, el asalto final al casco urbano provocó una fiera lucha calle por calle, la llamada Semana Sangrienta (Semaine sanglante) del 21 al 28 de mayo. El balance final fue de unos 30.000 muertos, y París estuvo sometida a la ley marcial durante cinco años.

Ya que los sucesos de la Comuna de París tuvieron lugar antes del cisma entre anarquistas y marxistas, ambos movimientos políticos la consideran como propia y la celebran como la primera toma de poder de las clases proletarias en la historia de la Europa occidental. Marx la describió como el primer ejemplo concreto de una dictadura del proletariado en que el Estado es abolido, a lo queBakunin respondió que al no depender de una vanguardia organizada y al no haber arrabatado el poder al Estado francés o intentado crear un estado revolucionario, la comuna parisina era anarquista.

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