jueves, 2 de junio de 2011

Día 3. Tania


Días de lluvia, una época;
un nombre, una servilleta, mi lenguaje,
basado en sólo poder decir hola...
andadas las losas, mojadas,
en sólo poder huir al alba; adiós.

Dibujaste un mapa del tesoro en mi sien,
no tenía precio, yo no tenía sal; busqué,
ni siquiera el saber de tu voz; preciosas
chicas y gotas y líneas y colinas valerosas,
aún con suficiente dulzura enquistada; temí.

Y el deseo de tus ojos allá abajo
perforando profundos mis llagas de placer
de nublado de tiempo de sed.

Esa es la forma cómo te encontré,
la lluvia cayendo, tu mirada cálida
mostrando el largo sendero; y te perdí.

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